Aspectos esenciales para el diseño y desarrollo de una silla de ruedas todo terreno para zonas rurales en México.

Alberto Rosa Sierra y Ana Paula Díaz Pinal

Derivado de un informe de la Organización Mundial de la Salud, se estima que aproximadamente 70 millones de personas en el mundo requieren una silla de ruedas para su desplazamiento en la vida diaria. De esta cantidad estimada, se calcula que sólo el 15.5% de estas personas pueden adquirirla. El mismo informe refleja, por ejemplo, que en la India, el 47.8% de las personas con discapacidad tienen que desplazarse arrastrándose o gateando por su cuenta, mientras que el 38.6% usa un bastón o muleta, y el 9.7% no tiene la posibilidad de levantarse de la cama. El 78% de las personas con discapacidad motriz tratadas en ese país nunca han tenido acceso a una silla de ruedas.

En la Academia de Diseño e Innovación de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Panamericana Campus Guadalajara, hemos estado trabajando en los últimos años con proyectos de aplicación en grupos vulnerables, como lo son el de discapacidad motriz. Derivado de proyectos desarrollados con anterioridad, queríamos profundizar el desarrollo de soluciones cada vez más específicas para nuestro entorno. Por ello, detectamos una grave falta de opciones de productos accesibles para personas con discapacidad, como son las sillas de ruedas que puedan usarse en caminos de tierra o empedrados, tal y como se encuentran las áreas rurales o periféricas de los grandes núcleos urbanos de nuestro país, y en las cuales, el costo final de estas ayudas técnicas no es accesible a la mayor parte de la población en México. La OMS estima que, en los países en desarrollo, como el nuestro, solo de un 5 a un 15% de personas que requieren de algún dispositivo de ayuda tienen acceso al mismo.

Los datos oficiales en México (2018) indican que aproximadamente el 6.7% de la población vive con una discapacidad (7,7 millones de habitantes), siendo la discapacidad motora la mas frecuente (53,3%). Los mismos datos oficiales muestran que, de la ayuda utilizada por personas con discapacidades motoras, el uso de sillas de ruedas es el más común (37%).

Además de lo anterior, se informa que el 49% de las personas con discapacidad viven en zonas rurales, lo que hace que esta movilidad sea aún más complicada, sin mencionar que muchos de los habitantes de las zonas urbanas se encuentran en asentamientos sin calles o aceras poco transitables.

Aunque no hay datos precisos sobre la cantidad de personas que no pueden pagar una silla de ruedas en México, según los datos de la OMS, esta cantidad puede ser significativa. Como ejemplo, diremos que el costo de una silla de ruedas estándar en México es más alto que el salario promedio de un trabajador durante un mes. Además, se da el caso de que algunas personas con discapacidad ahorren «por años», y cuando es posible comprar una silla de ruedas, adquieren una que no es la más adecuada para ellos (por tamaño, la resistencia de la silla, etc.). Aún así, esta silla es la que debería durar toda la vida, cuando lo ideal sería cambiarla de acuerdo con las necesidades cambiantes del usuario. Otras veces, se accede a la compra o donación de una silla, sin embargo, estas no resisten el uso rudo que imponen las condiciones del terreno en áreas rurales o marginadas, por lo que terminan deteriorándose en un corto período de vida.

La presente propuesta mostrará la metodología empleada en el proyecto de diseño de una silla de ruedas todo terreno, los antecedentes del mismo y los resultados alcanzados por el equipo de diseño.

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