Condicionantes para el aprendizaje del Diseño Integral: los diseñadores no se andan por las ramas.

Luis Antonio Rivera Díaz.

El trabajo propone una forma de generar acuerdos acerca de la construcción de estrategias pedagógicas para el aprendizaje del diseño, en el contexto de la licenciatura en Diseño (sin apellidos) de la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Cuajimalpa. Con base en una visión dialógica de la evaluación curricular, se describe cómo, la generación de estrategias factibles de materializarse en los hábitos didácticos, sólo es posible si se parte de los actores del proceso pedagógico y de reconocer, que una comunidad educativa es un conjunto complejo de racionalidades. Específicamente, este trabajo procede describiendo el perfil de egreso de la carrera del diseño, propuesto en los documentos que registran la intencionalidad de su proyecto educativo, luego, muestra las visiones  que al respecto del Diseño poseen cinco investigadores del programa, así como, las opiniones de empleadores, egresados y estudiantes; por último, se enuncian, estrategias que ayudarían a apuntalar el desarrollo de una pedagogía que logre egresar diseñadores desde la perspectiva institucional y desde la de sus actores.

Todo el trabajo es atravesado por dos líneas de pensamiento: una que concibe la diseño desde la perspectiva del pensamiento humanista, concretamente como una teckné retórica y una segunda, donde se concibe el currículum como un espacio donde co-existen propósitos e intereses de actores diversos que pueden coincidir, diferir o, en todo caso, siempre establecen entre sí relaciones de tensión inevitables. La primera línea ayuda a plantear la noción de Diseño (sin apellidos) como una disciplina transversal, tal y como lo ha sido la retórica a lo largo de su historia. Así, el diseño sería, un arte de persuasión que busca modificar la manera de pensar y actuar de las comunidades. Por ello, al igual que la retórica, el diseño es instrumento de las políticas públicas dado que de nada sirve la enunciación abstracta de éstas, si no se visualizan y materializan en mensajes, objetos, espacios y sistemas que traducen los propósitos de dichas políticas en acciones; de acuerdo con la segunda línea, se resalta el papel protagónico de docentes y estudiantes en el logro de los fines de todo modelo educativo y plan de estudios; en esta lógica, la docencia no tiene una función instrumental de transmisión de contenidos, sino que, por el contrario, es una actividad donde se construyen colectivamente, entre estudiantes y profesores, los contenidos de aprendizaje y, en ese proceso, se gesta el perfil de los egresados.

En síntesis, el escrito argumenta que las estrategias pedagógicas de todo programa académico no son entes abstractos, sino por el contrario, deben derivarse de la situación concreta de sus actores, ya que éstos poseen su propia posición ante la disciplina y, en particular, los profesores e investigadores tendrán que trabajar en una relación de tensión que se produce, entre su particular visión de la disciplina y de su pedagogía, y la que de éstas tiene la institución donde laboran.  

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