Universidad Autónoma de San Luis Potosí
Palabras clave:
diseño, educación, tecnología, tics, virtualidadCITA APA:
Galindo, J.; González, J. & Hentschel, G. (Octubre 2020). Competencias digitales del docente de diseño frente a la inminente virtualidad. Trabajo presentado en el Seminario Internacional Virtual Vanguardias del Diseño. San Luis Potosí, México. Recuperado de https://seminario2020.vanguardiasdiseno.org/m2/430Competencias digitales del docente de diseño frente a la inminente virtualidad.
Jorge Galindo Torres, José Luis González Cabrero, Gabriela Berenice Hentschel Montoya.
El diseño por su naturaleza de proyectar y el carácter disciplinar que demanda operar diferentes componentes simultáneamente, tiene una afiliación directa con la tecnología. El Diseño Gráfico posee históricamente esta cercanía desde la imprenta de Gutenberg hasta la actual comunicación en medios digitales, ya que desde su nacimiento ha sido parte de la comunicación y de los sistemas de comunicación que son “sistemas tecnológicamente implantados” Brunner (2003). Por su parte, la Arquitectura y el Diseño Industrial se apoyan tecnológicamente tanto en la etapa proyectual -de representación-, como en la de producción. De modo que el diseño no es ajeno a la tecnología, ha ido de la mano de su evolución y actualmente de la llamada cultura digital.[1] Esta cibercultura es el escenario sobre el que se llevan a cabo las fases de diseño como la proyección, producción y comercialización; también es el espacio que enmarca el proceso de enseñanza-aprendizaje de las mencionadas disciplinas.
Si bien el diseño requiere estar a la vanguardia tecnológica de manera disciplinar y en la práctica profesional, la educación del diseño también comparte esta realidad. Por una parte se encuentra la enseñanza-aprendizaje de software y tecnología especializada para el desarrollo o materialización del proyecto, y por otra, la enseñanza-aprendizaje de conocimientos, habilidades o capacidades tecnológicas a través de herramientas digitales y/o virtuales.
La UASLP en su modelo educativo contempla la formación integral con una dimensión científica, tecnológica y de investigación, la cual incorpora las TIC con la intención de que los estudiantes logren el “dominio de ciertas habilidades tecnológicas y del conocimiento de fuentes de información especializadas para poder desempeñarse de manera adecuada y poder competir eficientemente en el mercado laboral” (Ramírez & Casillas, 2015).
Sin embargo en México, la incorporación de las TIC en la educación superior ha sido gradual y desigual tanto en instituciones como en su profesorado, ya que, “el acceso a las nuevas tecnologías está íntimamente asociado al ingreso económico, al nivel educativo, al género y la etnia” Tedesco (2014). Esto representa un desfase entre el constante avance tecnológico, las exigencias del mercado, la actualización docente y la formación de estudiantes. Existen y han existido diferencias en torno al acceso a recursos, infraestructura o tecnología en la educación pública versus la educación privada, de ahí que la idea, de que la tecnología acorta brechas en el terreno de la educación sigue siendo -al presente- una idea, y seguirá hasta que la disrupción causada por la ‘democratización’ del conocimiento que generó el Internet, verdaderamente la alcance.
Por su parte Castells identifica tres revoluciones en México: la agrícola con la reforma agraria que dejó gran desigualdad social y económica; la revolución industrial y la modernidad en las que se establecieron creencias y promesas que finalmente no se cumplieron o fueron graduales; en el mismo siglo XX primó el desarrollo de la ciencia y la tecnología, pero como en otros ámbitos, en la educación las nuevas tecnologías dependieron y dependen como afirma Tedesco (2014) “de los modelos sociales y pedagógicos en los cuales se inserte su utilización.”
De manera que, ante la constante evolución tecnológica y la inminente virtualidad de la educación frente a la incertidumbre en el presente; el docente de diseño de la segunda década del siglo XXI necesita de habilidades y competencias digitales que le permitan adecuarse y afrontar los cambios respecto a las nuevas exigencias educativas, desarrollando estrategias innovadoras a distancia, así como estar al día sobre el desarrollo tecnológico en la disciplina para formar estudiantes autónomos de cara a los cambios o actualizaciones tecnológicas en su profesión.
[1] Pierre Levy define la cibercultura como “el conjunto de tecnologías (materiales e intelectuales), prácticas, actitudes, modos de pensamiento y valores que se desarrollan junto al auge del ciberespacio” (2001, p. 16).